1ª clase – Grandes voces de la ópera.

«Ya no se canta como antes» y otros lugares comunes de la lírica que desmontaremos con la acida mirada de Luis Noain. Repasaremos algunas de las voces míticas desde los gloriosos 50 del siglo XX hasta la actualidad… ¿y si se cantara mejor?

2ª clase – Grandes voces de la ópera II.

Luis nos dejó con la miel en los labios en la primera clase con este tema tan inabarcable, por lo que nos deleitará con una segunda parte,

3ª clase – Zarzuela.

Nunca suficientemente reclamado, nuestro género nacional, merece un lugar de honor en nuestra programación. Luis nos dará su particular visión de la Zarzuela, repasando algunos títulos y asistiremos a una función en la temporada del Teatro de la Zarzuela de Madrid.

4ª clase – Navidad.

Navidad y música van de la mano, más allá de los hilos musicales de los centros comerciales y del Jingle Bells… de la Zambomba al oratorio de Navidad, Luis nos inspirará para pasar unas fiestas en familia…y en música.

5ª clase – Música Sacra.

Y para empezar el año con buen…oído… nos recogemos en la época más fría del año con músicas de muchos tipos que han apelado a lo más elevado del espíritu humano.

6ª clase – Músicas para enamorados.

Chopin y Sand, Liszt y Marie d´Agoult, Schumann y Clara Wieck. Repasaremos los grandes amores de la historia de la música.

7ª clase – La mujer.

Regresa Clara Schumann, y descubriremos también figuras femeninas sorprendentes de la historia de la música, desde Barbara Strozzi a Nadia Boulanger, maestra de algunos de los mayores compositores del siglo XX.

8ª clase – España en la música.

Desde el Quijote de Telemann a Carmen de Bizet y el Amor Brujo de Falla. Spain is different y no deja indiferente a nadie.

9ª clase – Grandes auditorios y teatros de ópera.

Quizá una de las sesiones más bonitas que ha preparado Luis, un espectáculo tanto para los oídos como para los ojos. Viajaremos por todo el mundo para ver las salas y teatros más destacados. 

10ª clase – Música y sol. Música y vacaciones.

De los Beach Boys a Nino Bravo. No hay verano sin Romano ni sin música.